La ciudad que aún vive
Es una sensación que se va ligera y vuelve cuando quiere,
es un eco de pasados que tomaron caminos distintos,
son cuatro los caminos y se dispersan por la masa amorfe,
van por todos los rumbos, pero vuelven todos a un mismo punto.
Es una canción que los niños repiten, que vibra en su rostro,
una poesía y un discurso de despedida que anuncia que volverán,
es caminos y también testigos, hacen de estandarte y de oda,
es danza fuerte que estremece la tierra, que llama a la lluvia.
Hay un espejo en el ombligo de la luna y en medio una ciudad,
hay un pueblo de maíz, nopal y atole,
hay un susurro que corre debajo del asfalto,
que cimbra los cerros, que inquieta el agua, la provoca a subir.
Las piedras que sudan reclaman su lugar,
la tierra abre sus fauces para devorar, quiere reconstruirse.
La sobrevuelan las águilas, ancianas protectoras,
renace el huazontle y lo adornan los chapulines
los patos, tesoro de Cuauhtémoc se hacinan en los remanentes del lago,
llora por la calles la mujer que busca a donde llevar a sus hijos,
danza el guerrero sobre Anáhuac, el mexica la habita siempre.
D. Tolosse
Comentarios
Publicar un comentario