No Somos

Incesante quebranto
locura de ente,
plasma en tu rostro la silueta
otrora, ajena, incognoscitiva.

Lloverá en tu ausencia el ajenjo
de vinagre que nos hace amargos
de hiel que nos vuelve estúpidos
¡Déjame bautizarte en mi llanto!

Volvimos de un éxodo carnavalesco
sonamos a arritmia pero estábamos secos
bailamos la danza del réquiem – rito –
y nos volvimos a nuestros dioses enterrados.

Éramos como la risa en los labios
letanía de ancestrales cantos
bajamos al polvo de pasos sacros
y ellos pisotearon nuestros labios.

Y así nos callaron
olvidamos el don de la palabra
el anciano eco de la voz
olvidamos lo que ayer fuimos.

¡Mírate ahora!
no hay en el reflejo
rastro de grandeza divina
de tu celeste origen.

No tienes mas que obsoletas notas
de tu ridículo pasado
de tu prolongado fracaso
y de maldito triunfo ahogado.

No somos,
¡Ya nada somos!

D. Tolosse