Tardes De Oro

Raymundo Ucan

Vino una noche de silencio sobre nosotros,
callamos ante la ansiosa necesidad,
buscamos en el extremo del alba
¡Enmudecimos ante lo que miramos!

Dos entes destinados a una búsqueda eterna
sin saber tan solo para encontrarse
¿Porque no traes – banal pretensión –
a mis labios la canción anhelada?
¿Es dorada la nota que ciegamente no hable?

No cantaré esta noche aria para ti
sinfonía es el regalo que te otorgo,
un don profundo
pues de mis entrañas es fibra.

Los ruiseñores callaban ante tal eco
una llamada de misericordia
¡Solo somos el grito que callaron los mocosos!

Capricho de mi novedad insilente
danzaría esta noche solo para ti.

Llévame a la gloria
entre alcohol y basura
¡Ellos no nos han besado!

¿Mirarías la caricia que para ti he dibujado
sobre la caprichosa textura de la arena?

No poseo obsequio que te fuese digno
ni dádiva que fuese pertinente
solo poseo una pequeño presente,
estas letras que ha sido aliciente,
refugio de la arena que mi boca ha encubierto.

D. Tolosse

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